2 de ABRIL: DÍA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL
El Centro Andaluz de las Letras (CAL) se suma otro año más a la celebración del Día Internacional del Libro Infantil (DILI) con el objetivo de atraer a los más pequeños y jóvenes a la lectura. En esta edición, el programa de actividades se centra y apuesta por la promoción de autores e ilustradores infantiles con el ánimo de fortalecer el vínculo entre los creadores andaluces y sus lectores. En total, se realizarán 8 encuentros en las bibliotecas públicas provinciales con alumnos de centros educativos de infantil y primaria.
Los autores e ilustradores que participarán en las actividades son: Mar de los Ríos en Almería, Jesús Cañadas en Cádiz, Miguel Cerro en Córdoba, Nono Granero en Granada, Vanesa Cárdenas en Huelva, Inés Vilpi en Jaén, Luisa María Martín Alonso y Antonio Suárez en Málaga y Fran Nuño en Sevilla.
Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY, Organización Internacional para el Libro Juvenil, promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.
Cada año, una sección nacional del IBBY tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil (DILI) y selecciona un escritor representativo y a un reconocido ilustrador de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos los niños y niñas del mundo y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc. Este año 2019 el país elegido para la semblanza y el cartel es Lituania. El ilustrador y escritor Kęstutis Kasparavičius ha sido seleccionado para conmemorar esta edición. Nacido en 1954, sus libros han sido traducido a 16 idiomas distintos, entre ellos el castellano, entre los que se encuentran álbumes ilustrados como El cuadro desaparecido o Las cosas que pasan cada día.
Manifiesto del Día del libro infantil y juvenil
Los libros inspiran pausa“¡Voy con prisa!”, “¡No tengo tiempo!”, “¡Adiós!”... Expresiones semejantes pueden oírse quizá a diario, no solo en Lituania -en el centro mismo de Europa-, sino en muchas partes del mundo. Y con frecuencia parecida se oye decir que vivimos en la edad de la abundancia de información, la prisa y la precipitación.Sin embargo, tomas un libro entre las manos y, de alguna manera, te sientes distinto. Y es que los libros tienen una estupenda cualidad: te inspiran serenidad. Con un libro abierto y sumergido en sus tranquilas profundidades, ya no temes que todo te pase de lado a toda velocidad, sin llegar a apreciar nada. Empiezas a creer que no será preciso lanzarse como loco a tareas de dudosa urgencia. En un libro todo sucede sigilosamente, en orden y según una secuencia. ¿Será tal vez porque sus páginas están numeradas y las hojas al pasar crujen tranquilamente y con un suave efecto relajante? En un libro los acontecimientos pasados se encuentran plácidamente con los que han de venir.El mundo del libro es muy abierto; su realidad sale al encuentro amistoso con el ingenio y la fantasía, y a veces ya no sabes muy bien dónde -si en un libro o en la vida- has notado de qué manera tan bella caen al derretirse las gotas del tejado nevado, o de qué forma tan encantadora cubre el musgo la cerca del vecino. ¿Ha sido en un libro o en la realidad donde has experimentado que las bayas del serbal no son sólo bellas, sino amargas? ¿Acaso sucedió en el mundo de los libros, o de verdad estabas tumbado sobre la yerba en verano, y después sentado con las piernas cruzadas, contemplando las nubes que surcaban el cielo?Los libros ayudan a no acelerarse, enseñan a observar; los libros invitan, incluso obligan a acomodarse, pues casi siempre los leemos sentados, poniéndolos en la mesa o en el regazo, ¿no es así?¿Y acaso no habéis experimentado otra maravilla: que cuando leéis un libro, el libro os lee a vosotros? Sí, sí, los libros también saben leer. Os leen la frente, las cejas, las comisuras de los labios, que ahora suben, ahora bajan; sobre todo, por supuesto, os leen los ojos. Y por los ojos entienden... adivinan... Bueno, ¡vosotros mismos sabéis qué!No tengo duda de que a los libros les parece muy interesante estar sobre vuestro regazo, pues una persona que lee – sea niño o adulto – solo por eso ya es bastante más interesante que la que se resiste a tomar un libro entre las manos, que la que -siempre con prisa- no llega a sentarse y no tiene tiempo de fijarse en casi nada. Este es mi deseo para todos en el día internacional del libro infantil: ¡Que existan libros interesantes para los lectores y lectores interesantes para los libros!Traducido del lituano por Carmen Caro Dugo.
Kęstutis Kasparavičius
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Bienvenido! Si te gusta el tema del que estamos hablando en esta entrada, ¡no dudes en comentar! Estamos abiertos a que compartas tu opinión con nosotros. Recuerda ser respetuoso con los demás e identificarte. Un saludo.