El pasado día 19 de noviembre celebramos el Día Mundial del Ajedrez. En este mismo blog explicábamos por qué se celebra dicho evento. En esta se ocasión queremos agradecer a la Biblioteca Escolar que nos permita utilizar el blog para establecer un cauce comunicativo entre el programa Aula de Jaque y el resto de la comunidad educativa y hemos pensado que la mejor forma de hacerlo es homenajear a los libros desde el ajedrez, reseñando tres novelas centradas en este juego-ciencia.
La primera es la novela de Stefan Zweig, Novela de ajedrez, en la que se narra que, durante un viaje en barco, algunos aficionados del ajedrez se enfrentan a Mirko Czentovic en algunas partidas amistosas que, por supuesto, gana porque es un campeón mundial de ajedrez. Pero en una partida, sorprendentemente, uno de los pasajeros logra desestabilizar a Czentovic, el enigmático señor B., un noble vienés, que consigue una tablas. Czentovič, asombrado, pide la revancha al día siguiente.
La noche antes de la partida, el Dr. B. cuenta su historia y por qué es capaz de enfrentarse a un campeón de ajedrez. En realidad, el Dr. B. fue víctima del nazismo y fue torturado con un método particular: durante mucho tiempo permaneció en un aislamiento completo y total. Al borde de la locura, la única cosa que le dio fuerza para resistir fue un manual de ajedrez encontrado por casualidad. El ajedrez, con sus infinitas posibilidades, mantuvo viva su atención, lo que le permitió jugar cientos de partidas en su cabeza a la vez que mantenerse cuerdo.
La segunda novela es de Katherine Neville, El ocho, en la que se cuenta la historia del ajedrez de Montglane y el ansia de ciertas personas por conseguirlo. Esta primera historia está contextualizada durante la Revolución francesa. La segunda historia, paralela a la primera, es la de Catherine Velis, una mujer que, sin saberlo, se verá envuelta en la búsqueda del ajedrez casi 200 años después de que este salga de la abadía de Montglane. Así será como, tras una serie de misterios que suceden a su alrededor, conocerá al misterioso jugador de ajedrez Alexander Solarin, quién le avisará del peligro que corre. Por ese motivo Catherine pondrá rumbo a Argel, donde nadie es quien parece y la historia del ajedrez de Montglane sigue más viva que nunca.
Por último, la tercera novela es la de Arturo Pérez Reverte, La tabla de Flandes, en la que se narra cómo Julia, una restauradora de arte, recibe el encargo de restaurar La partida de ajedrez, una pintura flamenca del siglo XV obra de Pieter Van Huys. El cuadro muestra a dos hombres sentados a una mesa jugando al ajedrez, con una mujer que los observa con atención, apoyada sobre una ventana. En la primera página de la novela, la joven Julia descubre una inscripción oculta en el cuadro, QUIS NECAVIT EQUITEM, (¿Quién mató al caballero?).
El cuadro representa a Fernando Altenhofen, duque de Ostenburgo, que juega con las piezas blancas, mientras que Roger de Arras, fiel amigo, es el que empuña las negras. Mientras tanto, la que observa la partida es Beatriz, esposa de Fernando y por tanto duquesa de Ostenburgo. Era sabido que Beatriz y Roger habían mantenido una relación extramarital y se presuponía que el asesinato de Roger, que había acaecido dos años antes de que Van Huys pintase el cuadro, había corrido a cargo de Fernando.
Julia decide acudir a un anticuario conocido suyo con el que acuerda desvelar el misterio y averiguar quién mata al caballero, ya que esto incrementaría el precio de partida en la subasta del cuadro. Este anticuario sugiere que se trata de un problema de ajedrez y que el misterio reside en averiguar cuál de las piezas se ha comido al caballo blanco que falta, por la relación entre la palabra caballero y caballo.
Ambos acuden a un club de ajedrez en busca de un jugador que pueda ayudarles a desvelar el misterio y encuentran a Muñoz, un ajedrecista al que le muestran el cuadro. El jugador opina que se ha de emplear el ajedrez retrospectivo para, volviendo sobre los pasos de la partida, dilucidar cuál ha sido la pieza que se ha comido al caballo blanco y, consecuentemente, matado al caballero. Comienza así la reconstrucción de la partida en la que se mezclan las jugadas de ajedrez con una serie de muertes y asesinatos durante la narración de la restauración del cuadro.
2º reto
En esta ocasión, y para continuar con el homenaje desde el ajedrez a los libros y la Literatura, os vamos a presentar un reto muy fácil. ¿Puedes averiguar la posición de las piezas de la partida tal y como aparecen en el cuadro de la novela La tabla de Flandes?
Si conoces la solución, tráela el próximo viernes 13 de diciembre al aula de idiomas.
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