domingo, 17 de diciembre de 2017

Poemas para llamar a la lluvia


 ¿Y si un poema sirviera para traernos la lluvia que tanto necesitamos? Ahí van cuatro poemas para llamar a la lluvia: Borges y tres poetas granadinos, Rafael Guillén, Ganivet Zarcos y Martín Vivaldi.
                                    
                                      La lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto

patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.


                                 Jorge Luis Borges


                 
                Temprana lluvia


       Lloviendo estás, amor, sobre mi frente,
agua de ti, tu lluvia más temprana,
y es un milagro más en la mañana
la mojada ilusión del sol naciente.

Arando va mi sed alegremente
tu jugosa frescura de manzana;
abriendo un surco más en mi besana
tu olor a tierra húmeda y caliente.

Gris de la nube, pasmo de la rosa,
semilla de la juncia y del espliego,
planto mi grito en ti mientras diluvia.

Y es una gota más esta olorosa,
reverdecida entrega en que me entrego,
mojado de tus besos y tu lluvia.

                        RAFAEL GUILLÉN

                             


La lluvia

Cuando un tu corazón crece la lluvia
qué apacible sonrisa los postigos,
qué blandura de vidrio la ventana.

Cuando en mi corazón crece la tarde
qué amarillas las hojas por el patio,
qué caricia tu pecho en mis espaldas.

               JOSÉ GANIVET ZARCOS
                          Apátridas
  

      La lluvia

¿Cómo sería la lluvia
si no fuera de aroma,
de recuerdo,
                     de nube,
de color,
               y de llanto?
¿Cómo se oiría la lluvia,
si no brillara intensa,
pálida,
           azul,
                   violeta,
relámpago,
                  arco iris
de olores y esperanzas?
¿Cómo daría la lluvia su olor,
su gris perfume,
si no fuera aquel ritmo,
aquella voz,
                    el canto,
eco lejano,
                   el viento,
una escala de ensueños?

¿Cómo sería la lluvia,
si no fuera su nombre?


       ELENA MARTÍN VIVALDI      
          Durante este tiempo


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