viernes, 2 de febrero de 2018

Música semana 29 de enero

Concierto de Aranjuez
Joaquín Rodrigo

El Concierto de Aranjuez es una composición musical para guitarra y orquesta del compositor español Joaquín Rodrigo. Escrito en 1939, es el trabajo más conocido de Joaquín Rodrigo. Su segundo movimiento (adagio) es singularmente popular, habiendo sido cantado por múltiples figuras de la ópera y la canción melódica.
El Concierto de Aranjuez fue compuesto en Parí en 1939. Ese año el maestro Rodrigo se plantea el retorno definitivo a España, cuando el país estuviera por fin en paz. El 1 de abril de 1939 terminaba la guerra civil española. Rodrigo recibió una carta de Manuel de Falla en la que le proponía un puesto de Catedrático de Música en la Universidad de Granada o de Sevilla. Por su parte, Antonio Tovar, responsable de Radio Nacional de España, le ofreció un puesto en el Departamento de Música de Radio Nacional, en Madrid. Joaquín Rodrigo optó por la segunda oferta. El 3 de septiembre, dos días después de estallar la Segunda Guerra Mundial, cruzó la frontera española apenas sin equipaje, traía consigo el manuscrito en braille del Concierto de Aranjuez.
Es la primera obra compuesta para guitarra española y orquesta, pero también marca el comienzo del periodo de posguerra en la cronología musical de nuestro país, en un momento especialmente sombrío marcado por la destrucción de la Guerra Civil y el exilio de buena parte de los intelectuales y artistas españoles (incluidos los músicos) a América y Europa. Un periodo igualmente golpeado por el avance de un nazismo que, con coartadas wagnerianas, destruía a su paso cualquier manifestación artística que considerase "degenerada".
El maestro Rodrigo, prácticamente ciego desde los tres años a causa de una difteria, utilizaba un sistema particular para la transcripción de sus ideas. Primero escribía la notación musical en braille, que luego se pasaba a un pentagrama con la ayuda de un copista. Más tarde realizaba las correcciones junto a Teresa y, finalmente, presentaba la partitura definitiva.
El segundo movimiento, el más conocido de los tres, se caracteriza por su paso lento y melodía reservada, introducidos por el corno inglés, con un acompañamiento suave de la guitarra y las secuencias. Esta melodía pasará después a la guitarra, y posteriormente será interpretada por toda la orquesta, y así sucesivamente.

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